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  • Al concluir las deliberaciones el congreso resolvi apoyar la

    2019-05-14

    Al concluir las deliberaciones, el congreso resolvió apoyar las gestiones de los gobiernos de “Argentina, Guatemala, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia por su valiente postura de no dejarse intimidar, ni por las amenazas difamatorias en su contra, ni por las presiones y amenazas del ‘cartercomunismo”’. El presidente Suárez Mason se comprometió BYL719 “desplazar” a Centroamérica un grueso contingente de asesores que transmitirían la experiencia argentina, y la Liga Anticomunista Mundial a aportar 8 millones de dólares para los gastos iniciales. No sabemos si estas fueron las razones del atentando a la embajada de Argentina (y de Uruguay) en noviembre de 1980 por el Ejército Guerrillero de los Pobres. La toma del Palacio Nacional de Guatemala el 23 de marzo de 1982 “sorprendió” al embajador argentino, su secretario y al consejero comercial, en su interior. El gobierno argentino la vio con tanto beneplácito que le otorgó su reconocimiento prontamente. El embajador creía “conveniente y políticamente muy redituable en [un] futuro conocer a la brevedad [la] junta militar” por el “apoyo masivo de la población”; porque “golpe militar aparece como institucional” de las fuerzas armadas; porque la “orientación ideológica [de los] grupos jóvenes [del] ejército es de derecha”; y porque, dadas las excelentes relaciones previas, las mismas mejorarían. Cuando el embajador argentino presentó sus cartas credenciales al presidente Ríos Montt, el mismo le solicitó todos los antecedentes doctrinarios relacionados con la reciente ley de partidos políticos y la futura ley electoral argentina. Argentina había buscado acrecentar las relaciones con Guatemala desde 1977, coincidentemente con la llegada de Carter a la presidencia. Estas, sin embargo, avanzaron con el cambio de gobierno en 1978 en Guatemala. Cuando asumió la presidencia Lucas García, el embajador argentino recibió instrucciones de la cancillería de “sondear las posibilidades de acrecentar todo tipo de intercambios”. Según palabras del embajador: “las naciones afectadas de América Latina tenían que tratar de ayudarse y cooperar entre sí para reabastecerse –de ser posible dentro de esa área”. Pese a recessive la enorme trascendencia que tuvieron los sucesos ocurridos en la embajada de España y la negativa por parte de Argentina de representar los intereses de Guatemala en España, comenzaron a establecerse unas intensas relaciones diplomáticas nunca antes llevadas a cabo entre Argentina y Guatemala. A comienzos de mayo, viajó una delegación argentina a Guatemala. El subsecretario argentino de Relaciones Exteriores se entrevistó con el presidente de Guatemala, con el canciller y con algunos ministros. Éste les analizó el “proceso argentino derivado [de la] necesidad de combatir [la] subversión y [el] terrorismo organizados e insuflados desde el exterior con el fin de poner pie en nuestro país utilizando como plataforma para [el] resto [de] América del Sud” y la evolución “favorable” del país. El subsecretario, además, les dijo que la experiencia argentina podía servir a título de sugerencias válidas para Guatemala que libra idéntica lucha contra el terrorismo, lo cual puede llevarla a un aislamiento político y económico más acentuado aún que el que se pretende para Argentina” [y que], “en tal sentido, era necesario que aquellos países que están en idéntica situación se apoyaran mutuamente. A fines de agosto, el canciller y la delegación guatemalteca fueron recibidos en Argentina, confraternización que se expresó a través de la condecoración con la Gran Cruz de la Orden del Quetzal al canciller argentino Carlos Pastor por parte de su colega guatemalteco Rafael Castillo Valdez. Los cancilleres, también, realizaron una declaración conjunta en la que dejaron constancia que el canciller guatemalteco se había entrevistado con el presidente de la dictadura militar argentina, Jorge Videla, con el ministro de Relaciones Exteriores y Culto y con el ministro de Defensa. Asimismo, analizaron temas de interés común para las dos naciones y en virtud de las coincidencias, decidieron dejar suscritos, la firme condena al terrorismo.